La Justicia ya tiene a tres de los acusados de secuestrar y abusar de una adolescente de 15 años con retraso madurativo en Delfín Gallo la semana pasada, pero sigue buscando elementos para reforzar la investigación. Por este motivo, ayer se allanó la casa de uno de los sospechosos y los policías se llevaron tres celulares que podrían arrojar información clave sobre los detalles del ataque.
Los acusados están comprometidos por las fotos que ellos mismos tomaron mientras cometían el abuso y que se viralizaron a través de las redes sociales. En ellas se ven claramente sus caras sonrientes, mientras la joven lucha para sacárselos de encima. Al principio se creía que correspondían al secuestro de cinco días que ocurrió entre los días 6 y 11 de este mes. Sin embargo, pronto se abrió paso una sospecha dentro de las líneas investigativas: creen que las imágenes podrían ser de enero, lo que implicaría que los mismos sospechosos habrían abusado dos veces de la misma joven este año.
Con estas premisas, el juez Alejandro Tomas dispuso que la división Delitos Contra las Personas irrumpiera en el barrio Luján de Delfín Gallo para allanar la casa de uno de los acusados y secuestrar teléfonos celulares, computadoras y cualquier otro elemento que pudiera almacenar imágenes y videos. Se cree que en esa zona estuvo cautiva la adolescente, ya que la mayoría de los acusados son de allí. De hecho, el domingo a la noche una turba de 300 personas atacó sus casas.
Los efectivos -bajo el mando del comisario Marcelo Sallas y el subcomisario Christian Peralta- encontraron tres celulares en el lugar: un LG blanco sin tarjeta de memoria y sin chip; un Sony negro con su tarjeta de memoria; y un LG negro con su chip. Los tres fueron retirados del lugar para que los especialistas los examinen con el objetivo de encontrar información que pueda echar luz sobre algunos puntos oscuros de la historia y para confirmar la participación de otros cinco atacantes durante el abuso.
Entre los que se encuentran a disposición de la Justicia hay un menor de edad -de 15 años, que fue entregado por su madre- y dos jóvenes de 20 años. Se sospecha que los otros presuntos atacantes también serían mayores de edad y serían del mismo barrio que sus cómplices.